Isadora Duncan
(1878 - 1927)
Bailarina
norteamericana. Su instinto la inclinó hacia el baile desde niña. En su
autobiografía, titulada Mi vida, escribió:
"Nací a la orilla del mar. Mi primera idea del movimiento y de la danza me
ha venido seguramente del ritmo de las olas..." Abandonando la escuela
para dedicarse a su pasión, a los diecisiete se dirigió a Nueva York, donde se
incorporó a la compañía de Agustín Daly, a quien no acabo de convencerlo los experimentos e
innovaciones que Isadora le proponía continuamente, deseosa de llevar a la
práctica un nuevo método de interpretar plásticamente poemas por medio de la
improvisación, que había concebido ya por aquel entonces, Duncan abandona la compañía dos años más
tarde y parte con su familia hacia Inglaterra, donde se propone estudiar los
movimientos de la danza antigua.
Fue una época de formación, de lecturas
entusiastas y de ensayo de nuevas danzas; en busca, sobre todo, de nuevos
cauces para la expresión coreográfica, la cual era una especie de filosofía
basada en el convencimiento de que el baile, ponía al individuo en comunicación
armónica con el ritmo intrínseco de la naturaleza y los cuerpos celestes y de
sendas alternativas para profundizar cada día más en su arte.
Isadora afirmaba que
el baile debía ser una prolongación de los movimientos naturales del cuerpo,
que ella consideraba hermosos y bastante más bellos que los que efectuaban los
bailarines clásicos, a los que tildaba de forzados y antinaturales; por ello,
se negaba a constreñir los pies en las zapatillas de baile, sintiendo una
admiración estética por la belleza del cuerpo humano, influida por los cánones
de las estatuas y pinturas de la Grecia clásica.
En
1905, Isadora fue invitada por la célebre bailarina rusa Anna Pavlova a
visitar su estudio, donde tuvo el privilegio de contemplar a la gran diva
realizando sus ejercicios. Todo su entrenamiento parecía estar destinado a
separar por completo la mente de los movimientos gimnásticos del cuerpo. La
mente debía alejarse de esa rigurosa disciplina muscular. Esto era en su totalidad
lo contrario a las teorías y métodos sobre las que Isadora había fundado su
escuela un año antes, pues ella pretendía que la mente y el espíritu fuesen los
motores del cuerpo y lo elevasen sin esfuerzo aparente hacia la luz.
Isadora reniega el ballet, considerándolo un género
falso y absurdo, manifestó que la danza debe establecer una armonía calurosa
entre los seres y la vida y no ser tan sólo una diversión agradable y frívola.
Danzaba descalza, con una simple túnica griega de seda transparente sobre su
cuerpo desnudo, como una sacerdotisa pagana transportada por el ritmo a quien
hoy día consideramos como la iniciadora de la danza moderna norteamericana
y su figura es evocada con fervor en todos los escenarios del mundo.
fuente
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/duncan.htm
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